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elhackercito

Sonríe te estamos monitoreando.

Estamos a unos pasos vivir en la paranoia de Orwell, dentro de un mundo lleno de ojos contemplándote la espalda. Un lugar donde tu móvil es el depositario de anécdotas, experiencias y  memorias. Un espacio de almacenamiento observado por todos llamado internet.  ¿Entonces a dónde va todo lo que algún día compartimos en redes. ¿Será que todo lo que arrojamos a la web termina por transformarse sólo en ceros y unos?

Qué pasaría entonces si te contara de un lugar dónde tus movimientos no dejan huella.  ¿Qué harías en ese lugar? En un espacio donde puedes conseguir lo que en la superficie de internet sería ilegal: drogas, asesinos a sueldo y, por qué no, libros.

La “Dark Net” es un espacio de la web donde los grandes poderes económicos almacenan su información, dentro de este mundo virtual se codifican datos bancarios, códigos administrativos de gobiernos, bases de datos de corporaciones y hasta archivos confidenciales de universidades.

Sin embargo en algún momento, usuarios de la superficie de la web comenzaron a adentrarse en los túneles del anónimato que ofrecía la Dark Net. La ventaja del anonimato al navegar en la red sedujo a muchos hackers para manejar sus movimientos con privacidad y la certeza de pertenecer a una web libre de monitoreo.

Conforme fue avanzando el sistema el buscador TOR, creado en un inicio por el ejército norteamericano, fue adoptado por los hackers y expandido de manera gratuita para navegar en la Dark Net. Este buscador permitió crear una de las primeras comunidades del inframundo llamada “Silk Road”.

Dentro de este sitio, comenzaron a manifestarse las primeras formas de economía colaborativa; si bien, gran parte de los bienes que se podían adquirir eran ilícitos, el modelo para realizar compras era más que justo, libre de intermediarios y privado.

No tardaron en salir notas con respecto al sitio en medios internacionales aludiendo al tráfico de drogas y el comercio ilegal como sustento del portal.  La policía comenzó a perseguir a los creadores, incautaron bienes y se infiltraron en la red como usuarios para localizarlos. Y así como un nido de hormigas escapa de su predador, los usuarios comenzaron a correr del sitio.

Hoy la Deep Web es un espacio virtual para evitar ser perseguido y juzgado. Un mundo que se presta para toda clase de delitos y que sin embargo, también sirve para crear foros con temas que en la superficie se considerarían ilegales, como la economía social, la privacidad y, por que no, la literatura.

En la Deep Web podrás encontrar lo buscas. Si el contenido que encuentras es perverso… entonces tal vez deberías preguntarte dos veces el por qué.

 

 

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