por Alexandra Serrano
Conforme crece la población mundial, también crecen las necesidades alimentarias, por lo que el campo se encuentra ante un enorme reto: sacar mayor provecho de los cultivos; para lograrlo se han adaptado distintas opciones tecnológicas, pasando de la yunta al tractor, de los canales a los sistemas de riego, de los abonos a la ingeniería genética… todo esto con la finalidad de que la tierra dé su máximo posible.
Sin embargo, las innovaciones tecnológicas representan un proceso de cambio que es asimilado de distinta manera dependiendo de diversos factores, según señalan los estudios, una de las variables importantes es el nivel de ingreso, entre menor sea, hay una mayor resistencia al cambio, ya que las nuevas tecnologías están acompañadas por un alto costo para los agricultores y generan grandes dificultades para recuperar la inversión.
Para volver competitivo al campo mexicano debe ser una prioridad incluir tecnologías de calidad, a un bajo costo y con gran adaptabilidad para los pequeños y medianos productores, que les ayude a obtener un mayor rendimiento y mejoren su calidad de vida, por lo que es importante brindar el apoyo a los proyectos surgidos para impulsar este sector.
Actualmente, una de las problemáticas más importantes para el campo es que las aves roban y picotean diversos granos y frutos, disminuyendo la producción del cultivo de maíz entre un 15 y 50% (Food and Agriculture Organization). Sin embargo las soluciones que se han implementado hasta el momento son costosas, poco amigables con las aves, ineficientes o requieren de mucha energía y tiempo; entre ellas están los drones, los halcones entrenados, los globos con cara de búho, los cds colgados y cuidar personalmente del cultivo haciendo uso de resorteras o reatas.
En el Centro de Tecnología e Innovación un grupo de becarios se ha interesado por esta problemática y desarrolla el proyecto denominado “+Cosecha”, el cual es un dispositivo que emite sonidos y ultrasonidos que ahuyenta a las aves sin dañarlas, usa poca energía, es resistente a la lluvia y al viento, es portable, es de bajo costo y se adapta dependiendo de las especies de cada zona y la extensión del terreno a proteger.
Esta idea surgió de Fernando Alvarez, un joven veracruzano, que está familiarizado con esta problemática y que formó un equipo multidisciplinario para formar su primer prototipo funcional. Al momento buscan comenzar la fase de pruebas en campo.
+Cosecha, de la mano con el Centro de Tecnología e Innovación, busca generar un gran impacto social, económico y ecológico favorable para el campo en México que lo vuelva más competitivo y que mejore la calidad de vida de las personas que dependen de la agricultura en nuestro país.
