Por Alexandra Serrano
Del 7 al 13 de noviembre se llevó a cabo la edición número 22 de la Semana Nacional de la Ciencia y la Tecnología, con el tema de “La Luz”, ya que el 2015 fue nombrado como “Año internacional de la luz y de las tecnologías basadas en la luz” por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Se montó un centro de exposiciones y conferencias en el zócalo de la Ciudad de México en la que el CONACyT (Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) fungió como anfitrión albergando al museo del Rehilete, al Papalote Museo del Niño, al Museo de la Luz, a la NASA, al Centro de Investigaciones en Óptica, a la Administración Nacional de la Aeronáutica y al consejo Británico como país invitado.
Durante esta exhibición demostraron que además de la luz que ilumina nuestras casas, existe un amplio rango de espectros que no son visibles para el humano, y que sin embargo tienen importantes aplicaciones tecnológicas que afectan positivamente nuestra vida cotidiana. Espectros que sirven para crear tecnologías como el láser y sus aplicaciones médicas, la luz ultravioleta y sus usos para seguridad e investigación criminal, los rayos X para poder ver huesos fracturados, las microondas para cocinar, la luz infrarroja para la transmisión de datos y las ondas de radio para las comunicaciones.
En este evento se hizo énfasis en la difusión del conocimiento y el fomento a la curiosidad por seguir aprendiendo, que es el motor de la innovación tecnológica y el descubrimiento científico, y una pieza fundamental para el crecimiento de nuestra economía y el desarrollo integral de la sociedad mexicana.