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Entre garabatos y el Arte Rupestre

Por Guadalupe Echevarría.

El dibujo y la pintura son expresiones artísticas del ser humano, expresiones que no sólo son propias de talentosos personajes como Da Vinci o  Miguel Ángel; también las encontramos  en aquellos dibujos elaborados por cualquiera en la etapa de la niñez y en los trazos sin forma que aparentemente no entendemos. Estas expresiones reflejan la concepción del mundo que los más pequeños tienen en su entorno social y cultural, muy similar a la que existe en el arte rupestre en cuevas y muros de todo el mundo.

Actualmente hay pocos lugares que acercan a los niños al arte rupestre; uno de los pocos ejemplos es el Centro de Arte Rupestre Infantil en Asturias España,  donde se realizan actividades que acercan a los niños al proceso creativo con pinturas fabricadas por ellos mismos. La idea nace con el objetivo de hacer divulgación de la Cueva Tito Bustillo y la integración del público a un patrimonio de la humanidad.

Cabe mencionar que las actividades para el público infantil incluyen un recorrido por la cueva y un taller didáctico para decorar y recrear emblemas del arte rupestre; dichas actividades ayudan a los pequeños al desarrollo cognitivo, como lo menciona Rhoda Kellog, psicóloga infantil en los años setenta, quien estudió más de un millón de dibujos infantiles de niños entre 2 y 8 años. ( donde registró 20 tipos de garabatos básicos que hacen los pequeños cuando empiezan a dibujar)

Los garabatos infantiles son las primeras representaciones en las etapas iniciales del desarrollo cognitivo, pasando de un garabato desordenado a uno estructurado y finalizando con patrones de líneas, curvas y bordes, muy similar a los primeros trazos en cuevas de arte  rupestre; puede decirse que la pictografía del arte rupestre guarda una estrecha relación visual con los grafos producidos por niños en el mundo moderno. Icluso podría decirse que dicho proceso decirse que dicho proceso es similar al que originó la escritura al darle significado a los trazos.

Respecto a esto,  en el siglo XIX,  Pablo Picasso dijo: “Los adultos no deberían enseñar a los niños a pintar, sino aprender de ellos”. Para estimular la creatividad de los niños hay que permitirles pintar lo que quieran, sin imponerles sugerencias ni estándares, pues “lo que los grandes artistas luchan por alcanzar, el niño lo crea con naturalidad.”

Esto quiere decir que los primeros trazos emitidos por los niños son sus primeras formas de comunicación y expresión, y aunque  en México no existen talleres de difusión de la cultura rupestre para que los niños estimulen su lado creativo y desarrollen su potencial cognitivo;  sería una buena idea implementar talleres para hacer difusión de la pintura rupestre como lo hace el Centro de arte rupestre infantil en Asturias España

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